No quiero que me guste el que me gusta
No quiero que me guste el que me gusta
¿Alguna vez ha empezado a gustarte alguien y quisieras arrancarte el corazón para no sentir?
Bienvenida al club.
No quiero que me guste el que me gusta. No quiero sonreír cada vez que llega un mensaje suyo. Ni esperar una llamada para escuchar su voz. Me niego a verlo como algo más que un amigo. No puedo dejar que la cercanía crezca.
Porque es mala idea.
Porque todos hemos sido esa persona que se enamora del que seguro te va a romper el corazón. Porque ves el peligro, las banderas rojas ondean frente a ti, y aun así te quedas esperando a que llegue la tormenta… y te metes a nadar.
Sabemos cuál es el final que nos espera pero creemos que esta vez podría ser diferente. No importa que seamos perfectamente incompatibles. Algo en ellos nos llama, nos atrae, nos gusta.
Me encantaría ser valiente, sentir mucho, sentirlo todo. Olvidarme de lo que podría salir mal y enfocarme en lo que está saliendo bien. Seguir mi propio consejo y quedarme en el ahora. Pero mi corazón lleno de curitas me ruega que tenga cuidado porque soñar con alguien no lo convierte en el hombre de tus sueños. Porque se vale no querer volver a pasar por las noches de copas de vino rosado para olvidar. Porque a veces lo más valiente que puedes hacer es irte antes de que sea muy tarde.
Pero llámenme una romántica sin cura porque por el momento, elijo creer en un (casi) imposible, porque la esperanza es un libro que todos deberíamos leer.